El territorio cordobés es uno de los preferidos para disfrutar de nuestros compañeros ecuestres. Tiene que ver con sus caminos, historia, fauna y hasta la contagiosa alegría cordobesa que cautiva diariamente a los viajeros del mundo. Es que la tierra del Fernet, del ritmo del cuarteto y de las sierras monumentales se presta a la perfección para conocerla arriba de los equinos. Sobran paisajes, ¿pero cuáles aprovechan este tipo de paseos?
Pampa de Oláen
La Pampa de Oláen es un espectáculo natural ubicado en el departamento de Punilla, más precisamente en La Falda. En lo que a cabalgatas respecta, tiene varias alternativas y lo mejor es que todas incluyen paradas gastronómicas para degustar la propuesta de la región. Por un lado, hay opciones de media jornada que duran cuatro horas y habilitan excursiones guiadas por las famosas sierras cordobesas. Y, por el otro, travesías que se organizan una vez al mes y duran hasta dos días. Estas últimas comienzan en la Pampa de Oláen y terminan al pie del Cuchi Corral, un cerro de vistas increíbles y el más elegido por los viajeros para hacer actividades al aire libre. Incluso se lo reconoce por los vuelos en parapente que atraen a turistas alrededor del globo.
Otro imperdible de la zona es la Cascada de Oláen, recomendadísima para quienes busquen despertar sus sentidos rodeados de naturaleza. Los más deportistas pueden hacer senderismo por el cerro La Banderita o recorrer el territorio en bicicleta hasta el Mirador del Cuadrado.
La Cumbrecita
¡He aquí el único pueblo peatonal de la Argentina! Sí, aunque suene increíble, este centro urbano no admite autos ni vehículos motorizados. Con lo cual se podría decir que recorrerlo, tanto a pie como a caballo, es una experiencia libre de obstáculos. Dependiendo del grado de dificultad que dispongan los jinetes, hay cabalgatas que atraviesan el pueblo y bordean los márgenes del Río del Medio, como así también algunas más complejas que se adentran en las Sierras Grandes y habilitan vistas extraordinarias del Valle y sus alrededores. Claro está que no hay respuesta incorrecta, porque todos los caminos conducen a una experiencia encantadora.
¿Un dato? Esta zona fue nombrada Reserva Natural de Uso Múltiple para fomentar su conservación. Algunos de los atractivos más destacados son la capilla histórica, sus cascadas y el Cerro Wank.
Alta Gracia
Alta Gracia es otro gran destino para recorrer a caballo. Y claro que, como siempre, tiene opciones para todos los niveles. Desde cabalgatas de dos o tres horas que atraviesan la historia local con paradas por la Hornilla Jesuítica y el Primer Paredón en las Estancias Jesuíticas. Hasta jornadas de un día con circuitos de mayor extensión que recorren el Cerro Chato (el más alto de la zona) y también pasan por el dique Los Molinos. ¿Lo bueno? Esta segunda alternativa apta para valientes incluye el ritual argentino por excelencia: ¡un asado hecho por locales!
La Cumbre
Su propuesta no se reduce únicamente a algunas horas, sino que ofrecen paseos que rodean el Río Pintos y, para los más entusiastas, habilitan la posibilidad de pasar una noche estrellada abrazados por las sierras. De hecho, todos los meses se organizan excursiones bajo la luz de la luna llena. Desde luego, existen alternativas más cortas que atraviesan pastizales, arroyos y paisajes igual de alucinantes.
Además, La Cumbre cuenta con un Golf Club de 18 hoyos que recibe viajeros aficionados de todo el mundo. Tiene una bodega y un viñedo para los fanáticos del vino argentino. Y como coordenada alternativa, la Plantación de Lavandas de Domaine de Puberclair pinta un paisaje de flores violáceas, ¡ideal para los viajeros amantes de la fotografía!
Santa Rosa de Calamuchita
Queda justo entre las Sierras Chicas y las Sierras Grandes cordobesas. Está solo a 100 km de la capital y es la ciudad más habitada del Valle de Calamuchita. Sus paisajes serranos se transforman en postales que, a caballo, solo mejoran. Hay recorridos más clásicos por la Costanera del Río Santa Rosa y travesías por el Cordón de las Sierras Chicas para quienes busquen algo más desafiante. No importa qué elijan los viajeros, la naturaleza será siempre condición. Además, algunas noches de luna llena se organizan cabalgatas con un gran combo de fogón y comida al disco (un proceso de cocción súper utilizado tanto en Córdoba como en Argentina).
Sobran las opciones al aire libre: caminatas, actividades de pesca, aventuras en 4×4 y excursiones guiadas, entre muchas alternativas turísticas. Para los seguidores del mountain bike, se puede pedalear junto a guías autorizados hasta la Reserva Natural de la Cascada. ¿La recompensa? Un salto de 6 metros. Y quien quiera relajarse con vistas privilegiadas tiene que saber que la costanera es, sin dudas, la locación más elegida sobre todo en verano.
La Paquita
La premisa de cabalgar se sostiene en la zona del Parque Nacional Ansenuza. En especial en la encantadora localidad de La Paquita. Se trata de un paseo rural de una hora y media que finaliza en la costa de la Laguna Mar Chiquita. El recorrido devela continuamente paisajes agrestes, la fauna del monte y una gran diversidad de aves. Las postales son un regalo de la naturaleza que incluso se potencia cuando baja el sol. De hecho, se dice que desde aquí se puede apreciar uno de los mejores atardeceres del mundo. ¿Será verdad? Nada mejor que vivirlo para poder confirmarlo.
Por supuesto, además de los caballos, la zona se presta al famoso avistaje de aves – protagonizado por los más de 300 mil flamencos que residen en el Parque -, el senderismo y un recorrido por las aguas de la Laguna Mar Chiquita.
Con información de Visit Argentina