Lisboa es una ciudad que te envuelve con su luz especial, sus colinas salpicadas de casas blancas y tejados rojizos, y su mezcla única de historia y modernidad.
En un solo día, podés explorar los miradores de la capital portuguesa, admirar el arte de los azulejos, disfrutar de la rica gastronomía portuguesa y perderte por el laberinto encantador de Alfama, el barrio más antiguo y emblemático de la ciudad.
Mañana: miradores de Lisboa y vistas panorámicas
Arrancá temprano subiendo al Miradouro da Senhora do Monte, el punto más alto de Lisboa. Desde allí, podés observar una postal completa de la ciudad: el río Tajo, el Castillo de San Jorge, los tejados de Alfama y las colinas que parecen ondular hasta el horizonte. La calma de este mirador lo convierte en el lugar ideal para comenzar el día.
A pocos minutos caminando está el Miradouro da Graça, con su terraza sombreada por pinos y una vista igualmente espectacular. Aquí, aprovechá para tomar un café y saborear un pastel de nata mientras la ciudad empieza a despertar.
Seguí tu recorrido hacia el Museo Nacional del Azulejo, uno de los tesoros culturales de Lisboa. Ubicado en un antiguo convento del siglo XVI, este museo exhibe la evolución del arte del azulejo, desde sus raíces moriscas hasta los diseños modernos. Las paredes decoradas con escenas históricas y paisajes portugueses son un verdadero deleite para los amantes del arte.
Mediodía: sabores lisboetas
Después de una mañana intensa, es momento de hacer una pausa y disfrutar de la gastronomía local.
En el corazón del barrio de Alfama, encontrarás tabernas y restaurantes familiares donde podés probar especialidades como el bacalhau à brás, una deliciosa combinación de bacalao desmenuzado, papas y huevo. Otra opción es el caldo verde, una sopa sencilla pero reconfortante hecha con papas, col rizada y chorizo.
Si preferís algo más informal, acercate al Mercado de Campo de Ourique o al Time Out Market, donde podrás elegir entre una gran variedad de platos locales y vinos portugueses en un ambiente moderno y animado.
Tarde: explorando Alfama
El corazón de Lisboa está en Alfama, un barrio que ha resistido al paso del tiempo y conserva el encanto de épocas pasadas. Sus calles estrechas y empedradas, llenas de casas decoradas con ropa tendida y macetas de flores, son perfectas para recorrer sin rumbo fijo.
Visitá la Sé de Lisboa, la catedral más antigua de la ciudad, cuya estructura combina elementos románicos, góticos y barrocos. Continuá hacia el Castillo de San Jorge, una fortaleza imponente que data de la época medieval. Desde sus torres y murallas, podés disfrutar de una vista panorámica impresionante del río Tajo y la ciudad.
No te olvides de explorar los pequeños talleres y tiendas de artesanos que venden cerámicas, azulejos pintados a mano y otros recuerdos únicos.
Noche: fado y melancolía portuguesa
La jornada en Lisboa no estaría completa sin una experiencia de fado, la música tradicional portuguesa que habla de saudade, una mezcla de nostalgia, melancolía y esperanza. En Alfama, encontrarás varias casas de fado, como el famoso Clube de Fado o tabernas más íntimas donde la música y la comida se combinan para crear una atmósfera única.
Disfrutá de una cena ligera con platos como las sardinas asadas o el arroz de mariscos, acompañado de un vino portugués, mientras escuchás las apasionadas interpretaciones de los cantantes de fado.
Lisboa en 24 horas
En un solo día, Lisboa logra cautivarte con su historia, su luz, sus sabores y su alma. Las colinas que subiste, los azulejos que admiraste y las melodías que escuchaste quedarán grabados en tu memoria, invitándote a volver para descubrir aún más de esta ciudad inolvidable.
Info útil
Cómo moverte: Lisboa es una ciudad ideal para recorrer a pie, especialmente en el barrio de Alfama, donde las calles son estrechas y empedradas. Para distancias más largas, usá el histórico tranvía 28, el metro o los taxis (incluyendo servicios como Uber y Bolt).
Mejor época para visitar: la primavera (abril a junio) y el otoño (septiembre a noviembre) ofrecen un clima agradable para pasear. En verano, la ciudad puede ser calurosa y más concurrida.
Precios: Tranvía: 3 EUR por trayecto o 6,60 EUR por un pase diario. Entrada al Museo Nacional del Azulejo: 5 EUR. Entrada al Castillo de San Jorge: 10 EUR. Cena con espectáculo de fado: Desde 30 EUR por persona. Gastronomía local: No te pierdas los pastéis de nata en la famosa Pastéis de Belém o en cualquier cafetería de la ciudad, y acompañalos con un café portugués.
Consejo extra: Llevá calzado cómodo para caminar por las colinas y calles empedradas. Lisboa te recompensa con vistas únicas y rincones llenos de encanto.