La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el 14 de agosto, por segunda vez en dos años al mpox, anteriormente conocido como viruela del mono, como una emergencia de salud pública de importancia internacional. Esta medida se tomó en respuesta a un brote de una cepa más letal, inicialmente detectada en la República Democrática del Congo, que ahora se ha extendido a otros países de África.
El mpox es una zoonosis viral rara, es decir, una enfermedad provocada por un virus que se transmite de animales a humanos. Sus síntomas son similares a los observados en los casos de viruela en el pasado, aunque menos graves. Tras la erradicación de la viruela en 1980 y la suspensión de su vacunación, el mpox se ha convertido en el ortopoxvirus más relevante en el mundo.
El primer caso humano de mpox fue registrado en agosto de 1970 en la aldea de Bokenda, en la República Democrática del Congo. Un niño de 9 meses fue hospitalizado con sospecha de viruela. Las pruebas enviadas al Centro de Referencia de Viruela de la OMS en Moscú revelaron que los síntomas eran causados por el virus de la viruela del mono.
¿Cómo se transmite el mpox?
La transmisión inicial del mpox a humanos suele ocurrir tras el contacto con animales infectados o la ingesta de carne contaminada. Aunque el salto del virus entre especies es poco común, puede transmitirse de persona a persona mediante contacto cercano con fluidos corporales, lesiones cutáneas, saliva o mucosas de un individuo infectado. Además, la transmisión indirecta puede ocurrir a través del contacto con objetos contaminados con estos fluidos.
Los síntomas del mpox son similares a los de la viruela, aunque más leves. En las primeras etapas, los pacientes pueden experimentar fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y de espalda, inflamación de los ganglios linfáticos, escalofríos y fatiga. A menudo aparece una erupción cutánea que comienza en el rostro y se extiende por el cuerpo, afectando especialmente manos, pies y genitales. El número de lesiones puede variar de unas pocas a miles, y suelen aparecer en las mucosas de la boca, los genitales, y en algunas ocasiones, en los ojos.
Actualmente, no existe un tratamiento específico para el mpox. No obstante, según expertos como Rivas González, los antivirales cidofovir y ST-246, junto con inmunoglobulinas específicas, han demostrado ser útiles para controlar los brotes de la enfermedad.
Aunque no hay una vacuna específica para el mpox, la vacuna contra la viruela ofrece un 85% de eficacia para prevenir la infección. Sin embargo, su uso se suspendió en países como España tras la erradicación de la viruela. En 2022, durante el primer brote internacional de mpox, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) recomendó la vacunación de las personas de alto riesgo que hubieran tenido contacto cercano con infectados.
La reaparición del mpox subraya la importancia de mantener la vigilancia y preparación ante enfermedades virales que, aunque rara vez se propagan a nivel global, pueden convertirse en amenazas graves.